jueves, 11 de octubre de 2012

¡Qué bonito!


¡Qué bonito! Hartarnos a abrir la página del navegador en las horas muertas, esperando encontrar las respuestas, intentando encontrarnos a través de noticias, canciones, personas virtuales… No encontraremos nada en esa pantalla predefinida que pueda ajustarse a nosotros, pero eso si, siempre podremos utilizarlo para huir de nosotros mismos, para hacernos desaparecer en una marea de desinformación.
Buscando, todo el mundo buscando lo mismo, y el problema es que nos sentimos vacíos, que nuestras vidas pierden el sentido en cuanto estamos más de cinco minutos sin hacer absolutamente nada, cuando nos paramos un momento y completamente solos decidimos mirarnos dentro, ya que lo que está fuera nos ha acabado aburriendo, todas esas cosas materiales que nos esforzamos por conseguir pierden sentido. De repente te encuentras ante un pequeño orificio, ¿tú te atreverás a mirar por el más de un momento? De el sale una luz cegadora, que te daña las pupilas si no estás acostumbrado a hacerlo, concéntrate y mira, ahí dentro se encuentra la realidad, ahí dentro esta toda la verdad sobre ti, ¿tendrás el valor de mirar?, ¿realmente quieres saberlo? Obviamente yo si. Y miro por esa pequeña abertura, ¡dios santo! Querría haberme encontrado una habitación blanca y yo pequeñita indefensa en medio, pensando que diablos hago en este mundo, pero no. Miro, miro, miro y veo sangre, veo que las paredes sangran, que todo el suelo está lleno de objetos rotos la mayoría de ellos, pero preciosos, juguetes en su mayoría, dentro hay una niña repelente, pequeña, muy pequeña jugando, intentando que no mire, y a la vez distraída, mirando embelesada a la nada, al más profundo vacío, disfrutando de la ausencia de las cosas que antes tenía.
¿Realmente quieres mirar dentro? No, se que debo hacerlo, tengo que ordenar la habitación, arreglar mis juguetes, y dejar de mirar al vacío.
En este momento voy corriendo a abrir la ventana del navegador a perderme de nuevo. Esperemos que esto se solucione mientras miro a ninguna parte.