Voy a jugar a imaginar, a imaginarte, a descomponerte en mil
pedazos para luego construirte a semejanza de mi imagen mental de ti. Quiero
jugar a ver el futuro desde el pasado, a visualizar mi presente desde la
esperanza del pasado. Quiero, de verdad quiero, pero no puedo, siempre apareces
tu para destruir mi imaginación, mi esperanza, mi más profundo y sincero
anhelo. Siento como me voy haciendo pequeña, como me encojo y encojo hasta
formar parte de una masa informe, pero perfectamente reticulada, me siento
minúscula entre toda la gente, insignificante… Ya no siento tu presencia en
este mundo, pero aún sigo sintiendo como me faltas, como falta esa imagen de ti
que tenía antes de abril. ¿Realmente necesito esto? Cada vez que pienso y
siento que te odio es cuando de verdad mi amor sale de mi, se desboca, cobra
fuerza y vida propia, se adueña de mi, y me posee. Es ese momento en el que más
te amo, y te he amado. Cuando pienso y siento que te necesito aquí a mi lado,
como prometiste, es cuando el amor se hace ridículamente pequeño y mi yo más
egoísta se adueña de mi, pues no te necesito a ti, necesito esa compañía, ese
amor, esa promesa, cosas todas, que no tienen nada que ver contigo más que un
vago recuerdo. A veces siento que nuestros corazones se sintonizan que laten al
mismo tiempo, son esos dos o tres segundos infinitos los que me destrozan, los
que me bloquean la mente, hasta que por un segundo recobro la razón y comprendo
que no es cierto y que aunque así lo fuese, tu cabeza no está pensando en mi,
sino en otra persona, es entonces cuando vuelvo a mi, y empiezo a odiarte de
nuevo, y lo que es peor, a odiarme a mi por continuar pensando en ti, por
cruzar la esquina y ver una casa, algo, iluminado de una forma maravillosa en
la noche, y decirme, se que le encantaría, se que yo podría hacerla feliz, y es
mentira, es todo mentira.
Jamás podré hacerte feliz, lo único que podría sería hacerte sufrir de
la más cruel de las formas, para salir por lo menos dos segundos por encima de
esta masa informe, aún pequeña y golpearte donde se que más te duele, para
respirar aire puro, y un segundo más tarde hundirme en la miseria de esa masa
pestilente y putrefacta, para seguir mi camino intentando levantar la cabeza y
ver hacia donde voy con pasos decididos, sabiéndome victoriosa de la más ruin
de las batallas
miércoles, 5 de septiembre de 2012
18 de Julio de 2012
Siempre se puede optar por meterse en una espiral, en la que
nunca afrontarás tus sentimientos, siempre se puede huir de uno mismo, siempre
que sean cosas innecesarias para la vida, siempre que las cosas se pongan
fáciles. Siempre puedes meter tantas cosas en la cabeza, que no quepa lo que
tendría que entrar. Al final llegará un momento, en el que sea otra persona la
que se meta en una espiral, esa persona que ocupa cada rincón de tu mente, esa
persona que te obtura cada poro, que te quita el aliento, te mata las papilas
gustativas, te deja ciega, sorda, y que no deja que articules palabra. Un día,
esa persona, entrará en una espiral, como la tuya de hoy en día. Y sus poros se
cerrarán, no podrás llegar a su esencia, a su yo más íntimo, no podrás ni si
quiera ver, lo que antes tocabas con dulzura, lo que durante horas mirabas
maravillada, no podrás si quiera acercarte. Entonces entenderás la soledad que
se aprecia desde este lado de la pared, aprenderás a apreciar tocar la esencia
de cada persona, de cada persona que se cruce en tu camino, y te volverás un
poco menos intransigente, con la edad, con las paredes que se colocarán entre
tu y millones de personas aprenderás a ser comprensiva, a ver el muro, tocarlo,
sentirlo, dar la vuelta, ver que no queda nadie detrás de él y ahora si,
entenderlo.
17 de Julio de 2012
Es increíble, como de aquí a tres días han podido cambiar
las cosas, es increíble como mi mente se acostumbra a saber que tus palabras,
tus promesas no serán cumplidas, y sin embargo mi inútil corazón, sobrante y
molesto, sigue aquí esperando, con los brazos abiertos, dispuesto a saltar de
alegría con la más mínima demostración de atención, dispuesto a destrozarme por
dentro cuando se da cuenta de que no, que mi mente ha decidido ser más fuerte,
simple y llanamente porque la naturaleza así lo requiere, porque llega un
momento en que el cuerpo cede, no aguanta más presión, más angustia, más
espera, más incertidumbre, más hambre, más sueño, llega un momento en que mi
cuerpo pide tregua, y cuando la he obtenido, cuando estoy por un momento
recuperada es cuando descubro lo que hay aquí debajo, lo que se encuentra aquí
en cada parte de mí, en cada parte de mi cuerpo, de mi memoria, de mi futuro,
de mi presente, estás en todas partes, apareces en todos lados destrozándolo
todo, haciendo añicos todo, dejándome sin rumbo, sin protección. En definitiva,
me dejas aquí sola de la más cobarde de las maneras.
Me doy cuenta que ya conozco a esta nueva tu, que se empeña
en destrozarme con cada palabra, que se empeña en hundirme, es un nuevo plan,
en el que cada caricia, cada beso, cada palabra, cada momento de alegría, de
tristeza, de sufrimiento, de esperanza, y de felicidad absoluta, cada uno de
ellos cuenta como parte de un maquiavélico y perfecto plan, todo parece
responder al mismo patrón, todo causa el mismo efecto en mi, todo duele, todo
sangra sin parar, solo que algunas veces me doy cuenta de que lo hace y otras
intento darme la vuelta, intento no mirar a nada, y solo siento el dolor y me
cuestiono todo el tiempo, ¿de dónde vendrá ese olor a putrefacción, de dónde saldrá?
Hubo una época mi amor, y perdona que te llame así, pero es
mi corazón que otra vez se hace el loco, hubo una época en la que lloraba por
las noches, porque no tenía tus brazos para rodearme, hubo una época en la que
se me hacía insufrible el no girarme antes de dormirme con la mayor sonrisa de
felicidad en mi cara, y con un poco de tristeza darte un apasionado beso,
decirte que te amaba y darte las buenas noches más tiernas, ahora eso se ha
convertido en mi rutina, me he acostumbrado a temblar antes de acostarme, a
temblar antes de apagar la luz, a no saber si quitarme toda la ropa, o dejarme
algo, a no saber si tendré unas buenas noches, a saber que tendré frio y miedo
y no estarás tu para protegerme, a saber que no puedo ni siquiera afrontar los
problemas de mi vida, porque el mayor problema que tengo es que tu ya no estás
en ella, y ni si quiera aunque lo esté escribiendo puedo ser consciente de ello
realmente.
Podría estar aquí escribiendo día tras día noche tras noche,
no se por cuanto tiempo, pero supongo que por mucho, hasta sentirme lo
suficientemente imbécil para dejar de hacerlo, hasta sentirme lo
suficientemente ridícula para dejar de hacerlo, ahora me da igual, ser
ridícula, me da igual parecer patética, me da igual todo, y es que cuando me enamoro
soy así, ¿sabes? Cuando me enamoro me da igual lo que parezca solo necesito
sacar de una vez toda esta mierda que llevo dentro, porque se, aunque no lo
quiera admitir, aunque mi corazón aún quiera saltar de alegría como ha estado
acostumbrado estos últimos 7 meses, ayer y antes de antes de ayer no me
llamaste por la misma razón, porque tienes miedo de hacerme daño, porque sabes
lo que para mi supone que tu, la persona que más amo en este mundo me diga que
no, destroce mi esperanza, pero es que mi vida, es tu cometido ahora como lo
fue en su día hacerme la mujer más feliz del mundo, si no vas a volver conmigo,
es tu cometido destrozarme el corazón, patearlo dejarlo sin sentido, te pido
por favor que si no vas a volver, me mates toda esperanza, no me dejes aquí más
tiempo sufriendo esta espera que me marchita, que marchita mi amor por ti, mi
idea de ti, no me tengas más tiempo aquí colgada, porque si me dejas un mísero
hilo de coser, la más mínima traza de esperanza yo lo usaré para sostenerme y
cuando me de cuenta de que es inútil lo utilizare para dejar ahí agarrado a mi
corazón, mientras yo desciendo en picado y el se queda ahí contigo, como cada
vez que nos hemos separado, sentía como mi corazón se salía del pecho, se
quedaba ahí contigo para decirte que te amaba, que no te olvidaras de el, se
quedó allí en tu casa, fui a llevártelo y aún así, lo has tirado al suelo lo
has destrozado, has pasado por encima de el mil y una veces, todos y cada uno
de los segundos que han tenido estos días, y ni si quiera has podido mirar,
porque te duele, pero es que tienes que sacar a mi corazón de allí, lo tienes
que sacar, con delicadeza, por favor, con amor, con el poco que te quede…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)